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martes, 30 de abril de 2013

CALABAZAS DECORADAS PARA LOS PEREGRINOS

El autor de la muestra artesana, que se encuentra en la oficina principal de Correos, es  Virgilio Fidalgo Fidalgo, de Antimio de Abajo, un amante del Camino de Santiago. D.A. / A.Lorenzana En el día de ayer, en la oficina principal de Correos de León, se inauguró la exposición de artesanía “Calabazas decoradas para peregrinos”. El autor, Virgilio Fidalgo Fidalgo, de Antimio de Abajo, un amante del Camino que ha querido decorar las calabazas siguiendo una tradicción en la que la calabaza, desde la Edad Media, ha constituido un símbolo en el “uniforme del peregrino”. La calabaza peregrina, una planta trepadora que puede alcanzar hasta los nueve metros de altura y cuyo fruto es comestible cuando aún está tierno, tiene una función importante en el peregrinaje dado que, cuando está seco, se usa como recipiente para el transporte de líquidos. El peregrino la suele llevar colgada del bordón o de la cintura. La exposición tendrá lugar del 20 al 31 de agosto de 2012 y recoge el trabajo de este leonés, amante de las tradicciones y del camino y que ha sabido decorar estas calabazas con los temas propios del peregrinaje.

LA CUEVA DEL MARQUÉS





A 1km de Antimio de Abajo nos encontramos con esta maravilla de cueva, en la que podermos degustar los platos mas exquisitos de la gastronomia leoesa.

La Cueva del Marqués es patrimonio del pueblo de Cembranos. Es, con toda seguridad, el mayor activo monumental y cultural de la localidad perteneciente a Chozas de Abajo. Y sin duda la bodega restaurante más impresionante de toda la provincia. Lo es por su historia, por su profundidad y amplitud, pero también por su  excelente conservación además de por una decoración exquisita que se funde con el entorno.
Una obra de arte subterránea forjada con el esfuerzo y sudor de varias generaciones de leoneses en su lucha por hacer del interior de la tierra un lugar habitable. Además, la cueva del Marqués es un orgullo comarcal donde  se conservan intactos vestigios de una época en la que producir y conservar el vino era pura orfebrería. Un viaje en las profundidades del tiempo y de la tierra.
Bernardo de Escobar, Marqués de Escobar y señor de Cembranos, regidor de la ciudad de León en el año 1693 dio inicio a la construcción de esta bodega en cuya terminación se emplearon cuatro generaciones. Fue bodega familiar de los marqueses durante décadas.
Antes de funcionar como bodega comarcal donde se elaboraba y envejecía el vino en los primeros años del siglo XX, fue asaltada por los invasores franceses llevándose estos 300 cántaros de vino.
Con el paso del tiempo, se decidió darle un uso en concordancia con su tradición y su enorme potencial turístico permitiendo a la vez asegurar su conservación con las menores alteraciones estructurales posibles.  La principal aportación moderna a este enclave señero de Cembranos es un sistema de calefacción para comodidad de los clientes, adoptando la tradicional gloria que consta de un sistema de conductos por debajo del piso de la bodega que distribuye el calor tal y como se hacía en la época romana.

ANIDANDO EN ANTIMIO 2013